Historia de los discos duros.
Al principio, eran exclusivos para uso militar
o gubernamental. Luego se fueron abriendo paso entre las empresas más
importantes del planeta. Después, lograron un lugar entre los ordenadores de
escritorio. Fueron un lujo, una opción, y ahora, una necesidad innegociable. En
estos días en los que nos preguntamos si tienen un futuro, los discos
duros poseen un pasado digno de ser conocido. Desde sus comienzos de la
mano de IBM hasta los más recientes ejemplares que existen en el mercado,
daremos un repaso a algunos de los puntos más relevantes en la historia de
los discos duros.
En este mismo instante tengo frente a mis ojos
dos discos duros. Son verdaderas piezas de museo para los estándares de hoy, 6
GB y 3.2 GB de espacio respectivamente. Por supuesto que se les podría dar un
uso aún en estas épocas en las que nos encontramos coqueteando con los tres
terabytes de capacidad, pero no ha sido otra cosa más que la evolución misma de
los discos duros lo que convirtió a estas dos unidades que tengo aquí
en casi obsoletas. Sin necesidad de cálculos extremadamente precisos, la edad
del disco duro como pieza tecnológica de avanzada, puede ubicarse alrededor de
loscincuenta y cinco años. Son relativamente pocos los ejemplos de tecnología
que hayan disminuido tanto su tamaño y su costo con el paso de los años, al
mismo tiempo que mejoraron su capacidad, velocidad y durabilidad de la misma
forma que lo ha hecho el disco duro. Su relación entre costo y capacidad de
almacenamiento no tiene igual, ni siquiera entre los tipos más baratos de
memorias Flash. Sin embargo, esto no siempre fue así. Los discos duros han
tenido un camino muy interesante, comenzando con unidades gigantescas que
costaban decenas de miles de dólares.
Aunque la fecha para la patente original del
disco duro es del 14 de diciembre de 1954, en realidad fue dos años después
cuando apareció el primer disco duro para uso comercial. La "Unidad
de almacenamiento en Disco 350" fue anunciada públicamente por IBM el
13 de septiembre de 1956, como parte del sistema IBM 305 RAMAC, diseñado
para grabar transacciones y proveer de acceso a las mismas en cualquier
momento. El IBM 350 era una mole de 1.52 metros de largo por 1.72
de alto, y 73 centímetros de profundidad. En su interior tenía
cincuenta discos con un diámetro de 61 centímetros cada uno, que giraban a 1200
revoluciones por minuto, con un tiempo de búsqueda promedio de seiscientos
milisegundos. En total, los discos contenían cincuenta mil sectores. Cada uno
de esos sectores podía almacenar hasta cien caracteres, por lo tanto, su
capacidad total era de cinco millones de caracteres. En términos más amigables, eran
menos de cinco megabytes. ¿Cuál era su valor? Es difícil determinarlo con
precisión debido a factores como la inflación, pero las mediciones más fiables
lo ubican en aproximadamente diez mil dólares por megabyte.
No es casualidad que nombremos a IBM nuevamente.
Después de todo, todavía seguimos en la década de los ’60, e IBM prácticamente gobernaba
el universo informático. Entre el modelo 1311 y el 350 (que dejó de
fabricarse en 1961) fue lanzado el IBM 1301, que introdujo la utilización
de un cabezal por cada superficie de datos. Sin embargo, la característica
principal del IBM 1311, anunciado el 11 de octubre de 1962, era que su disco
era en realidad "extraíble". El usuario podía intercambiar
"packs" de discos, luego conocidos como IBM 1316. Cada uno de estos
packs estaba compuesto por seis discos de 14 pulgadas, y tenía un peso
aproximado de cuatro kilogramos y medio. En cuanto al tamaño del aparato
en sí, era muy similar al que hoy tiene una lavadora promedio. Cada pack podía
almacenar dos millones de caracteres, pero al ser extraíble, la idea de tener
varios packs dentro de un armario ya no era tan descabellada, todo un avance en
comparación con el tamaño del IBM 350.
Una vez más, el siguiente paso significativo
en la evolución de los discos duros fue bajo el ala de IBM. La empresa refinó
de forma radical los modelos que siguieron y reemplazaron al 1311,
incrementando la capacidad de almacenamiento y la velocidad de acceso. Sin
embargo, el 13 de marzo de 1973 anunció al modelo 3340, que incorporó una
tecnología y un término que incluso hoy se sigue usando entre los técnicos
informáticos: "Winchester". La tecnología Winchester permitió que el
cabezal de lectura permaneciera sobre la superficie del disco, lo
cual redujo de forma drástica tanto la complejidad del sistema de
lectura/escritura como su costo de fabricación. El nombre Winchester surgió ya
que originalmente se planeó un sistema de dos módulos extraíbles de 30 megabytes
cada uno para el 3340. Debido al sistema "30-30", en IBM bautizaron
al 3340 como Winchester, por el archifamoso rifle Winchester .30-.30. Sin
embargo, el modelo final del 3340 contó con módulos de 35 y 70 megabytes
respectivamente, pero el nombre permaneció intacto.
1980 resultó ser un año muy importante para
los discos duros. Los ordenadores personales ganaban cada vez más terreno, los
tamaños de los programas eran cada vez mayores, y la demanda por más espacio se
mantenía firme. En primer lugar, IBM presentó durante junio de ese año a la
unidad 3380, el primer disco duro de la historia con una capacidad de 1
gigabyte. Su peso era de un cuarto de tonelada y costaba unos cuarenta mil
dólares. Hace un tiempo Federico nos mostró cómo era por dentro el 3380.
En segundo lugar, una empresa joven conocida como Shugart Technology,
lanzó al público el ST-506, el primer disco duro que utilizó el formato
estándar de 5.25 pulgadas. Su capacidad de almacenamiento era de cinco
megabytes, e hizo furor entre los usuarios de PC. Después de un tiempo, dicha
empresa se convirtió en nada menos que Seagate, uno de los fabricantes de
discos más grande del planeta. Al fin, un disco duro llegaba a los hogares.
A partir de este punto, el ordenador de escritorio y el disco duro formaron una
alianza que se ha mantenido intacta durante los últimos treinta años.
Durante la década de los ’80, la evolución de
los discos duros fue tan fuerte que en diez años se logrómucho más de lo
que se había alcanzado en veinte, al principio de la década. Aparecieron nuevas
tecnologías como las interfaces IDE y SCSI, los primeros discos de 2.5 y
3.5 pulgadas, y la integración completa entre la controladora y el disco mismo.
Pero ahora damos el salto a 1992, porque Seagate en ese año lanzó a
los discos Barracuda, los primeros en el mercado en poseer una rotación de 7200
revoluciones por minuto. La necesidad de una mayor velocidad de rotación
se hizo presente con el espectacular incremento en la capacidad de
almacenamiento de los discos duros. El primer Barracuda tenía una capacidad de
2.1 GB, mientras que la primera familia ATA estuvo disponible en versiones de
entre 6 GB y 28.5 GB, con un tamaño de búfer de 512 KB. Las 7200 revoluciones
fueron aceptadas casi como un estándar por el resto de los fabricantes, y ahora
incluso es posible encontrar esta rotación en discos de 2.5 pulgadas,
compatibles con ordenadores portátiles.
Con estándares e interfaces establecidos, los
fabricantes consolidaron sus posiciones, realizaron adquisiciones de
envergadura, y se redujo el campo de competitividad. Por lo tanto, fue posible
concentrarse en expandir aún más las virtudes de los discos duros tal y como
los conocemos hoy. En los siguientes quince años, empresas como Conner,
Maxtor, Quantum e IBM (por más increíble que parezca) fueron quedando
en el camino, abandonando la industria de los discos duros, o siendo absorbidas
por otros fabricantes. Uno de los que sobrevivió, y que aún mantiene una
posición firme, fue Hitachi. La familia "Deskstar" quedó
manchada por los graves problemas que existieron en las unidades creadas por
IBM, pero Hitachi adoptó el nombre tras comprar la división de discos duros de
IBM, y continuó con su propia familia Deskstar. El modelo 7K1000 marca
otro punto importante en la historia de los discos duros, al ser la primera
unidad de 3.5 pulgadas disponible al público con una capacidad de un
terabyte. Dicha capacidad llegaría a discos de 2.5 pulgadas de la mano de
Western Digital, dos años después.
Los Discos Duros de Hoy
Con la llegada de los discos de estado
sólido, muchos creen que el destino de los discos duros convencionales será
perderse en el limbo de la historia, tal y como ha sucedido con muchas otras
tecnologías antes. Sin embargo, más que estar condenados a competir entre sí,
la idea de que tanto los SSD como los discos duros puedan convivir parece mucho
más razonable. Nadie niega que el costo de los discos SSD está en baja, pero
todavía falta mucho tiempo para que puedan alcanzar el valor por gigabyte que
hoy ostentan los discos convencionales. Seagate y Western Digital están
en plena carrera para ver quién alcanza primero la barrera de los tres
terabytes, mientras que en Hitachi creen que habrá discos con cuatro
terabytes de capacidad el próximo año. Decisiones y predicciones como
estas mantienen vigente la misma mecánica que ha sido parte de la evolución de
los discos duros durante el último medio siglo: Más capacidad, más
velocidad, y menor costo. Los SSD tendrán un duro trabajo por delante si
quieren superar a esa fórmula perfecta, porque a pesar de sus propias virtudes,
habrá discos duros para rato.
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